Cerebro y Silicio: La Fusión Que Revolucionará la Informática

Cerebro y Silicio: La Fusión Que Revolucionará la Informática

Evox News
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La Fusión de Neuronas Vivas y Chips de Silicio: Nace el Biocomputador

En este análisis, examinamos el recientemente anunciado biocomputador que combina chips de silicio convencionales con neuronas cerebrales vivas, una innovación que ha generado gran revuelo. Lo sorprendente es que este ordenador incorpora neuronas reales que trabajan en conjunto con neuronas artificiales basadas en Inteligencia Artificial (IA). Esta combinación representa un avance significativo en el futuro de la IA.

Como si esto no fuera suficiente, se podría pensar que un «cerebro en una caja» de este tipo tendría un costo prohibitivo. Sin embargo, esta avanzada tecnología se ofrece a un precio de 35.000 dólares, con entregas previstas en tres meses. Una inversión comparable a la de un automóvil nuevo, pero con un potencial futurista mucho mayor.

Es hora de considerar seriamente la adquisición de este producto, un claro ejemplo de computación neuromórfica disponible para el consumidor.

Este análisis forma parte de la cobertura continua de Evox News sobre los últimos avances en IA, incluyendo la identificación y explicación de diversas complejidades impactantes en este campo.

La Naturaleza de las Neuronas y las Redes Neuronales

Antes de profundizar en los detalles de este nuevo biocomputador, es fundamental aclarar el concepto de neuronas.

El cerebro humano contiene neuronas, elementos clave en la formación de pensamientos y el proceso de razonamiento. Contamos con aproximadamente 86 mil millones de neuronas, interconectadas a través de sinapsis, que se estiman en unos 100 billones. Esta interconexión permite el intercambio de señales, conformando una red neuronal (NN).

Cuando pensamos, las neuronas transmiten señales bioquímicas y electrofisiológicas a través de la red cerebral. A esta red neuronal biológica se le denomina coloquialmente «wetware», en contraste con el hardware y el software.

Uno de los mayores enigmas de la humanidad es cómo la activación de nuestras neuronas se relaciona con nuestra capacidad de pensar y da lugar a la conciencia. La investigación activa busca descifrar este código.

IA y Redes Neuronales Artificiales

En el ámbito de la IA moderna, como la IA generativa y los modelos de lenguaje grandes (LLM), se modela o simula una red neuronal artificial (ANN) utilizando datos y números para representar una apariencia de neuronas. Sin embargo, esta representación dista mucho de la funcionalidad de las neuronas reales. La versión computacional de una red neuronal es una imitación limitada.

Es crucial diferenciar entre una ANN basada en IA y una red neuronal «wetware». El uso del término «red neuronal» sin el calificativo «artificial» puede llevar a la falsa creencia de que la ANN de la IA funciona de manera idéntica a la red neuronal biológica. Es esencial destacar que la ANN en la IA, es solo un intento de emular el funcionamiento biológico.

La idea subyacente es que, mediante el uso de neuronas computacionales en una red neuronal artificial, podríamos acercarnos a una IA pensante. Sin embargo, no hay certeza de que este sea el camino correcto. Es posible que se requieran otros enfoques para que la IA computacional alcance el nivel del pensamiento humano. Los ANN son una parte fundamental de la IA.

Una ventaja de este enfoque es que las ANN pueden proporcionar información sobre el funcionamiento de las NN reales.

Conexión con Cerebros Humanos

Si deseamos conectarnos a un cerebro humano y aprovechar su red neuronal viva, ¿cómo lo haríamos?

Se han logrado avances significativos en la creación de interfaces cerebro-computadora (BCI) o interfaces cerebro-máquina (BMI). Diversas empresas, están avanzando en la conexión con cerebros humanos.

La idea de BCI o BMI es acceder a un cerebro vivo a través de un portal, similar a un puerto USB en una computadora. Se podrían enviar señales eléctricas o electrofisiológicas al cerebro, activarlo y leer las señales resultantes.

El portal permitiría tanto la lectura de señales como el envío de las mismas.

Es importante reiterar que aún no comprendemos completamente cómo las neuronas vivas y la red neuronal «wetware» dan lugar al pensamiento humano en su totalidad. Actualmente, solo podemos identificar los aspectos más básicos.

El «Cerebro en una Caja» como Objetivo Final

Los cerebros humanos residen dentro de la cabeza de las personas.

La ciencia ficción ha planteado la posibilidad de extraer el cerebro de una persona y mantenerlo funcionando en un recipiente. Sin embargo, esta posibilidad no existe en la actualidad.

Si no podemos lograr que un cerebro humano funcione fuera de la cabeza, quizás podríamos considerar un enfoque diferente para crear un «cerebro en una caja».

Una opción sería desarrollar redes neuronales artificiales hasta el punto de replicar un cerebro humano. Una computadora con esta ANN sería esencialmente un «cerebro en una caja». Una pregunta intrigante es si podríamos copiar un cerebro humano en esta versión computacional y viceversa.

Lamentablemente, estamos lejos de lograrlo.

La Fusión de lo Real y lo Artificial

Consideremos una alternativa: Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña.

¿Qué pasaría si pudiéramos colocar neuronas cerebrales vivas en chips de silicio, de modo que la computadora, con sus neuronas artificiales, se fusionara con neuronas vivas, conviviendo íntimamente?

Este es un primer paso intrigante.

Parece ser lo mejor de ambos mundos.

La computadora podría recurrir a las neuronas vivas para resolver problemas y realizar algún tipo de pensamiento. La IA, con sus neuronas artificiales, se comunicaría con las neuronas vivas. Las señales enviadas a las neuronas vivas las activarían, generando respuestas que se integrarían en la computadora y en la red neuronal artificial. La ANN realizaría la resolución de problemas y respondería preguntas.

Es una combinación de una red neuronal viva «wetware» trabajando en conjunto con una red neuronal artificial.

Una Propuesta con Implicaciones

Una preocupación inmediata podría ser el origen de las neuronas cerebrales vivas. No se pueden extraer de la cabeza de una persona. Sin embargo, se pueden cultivar en un laboratorio. Son neuronas vivas sintéticas, no extraídas de un cerebro humano.

Esto elimina la preocupación de que las neuronas vivas de alguien sean extraídas sin su conocimiento.

Existe un debate ético en curso sobre esta práctica.

El aspecto positivo es que estas neuronas sintéticas pueden utilizarse en un biocomputador, permitiendo el avance en la fusión de una apariencia de NN «wetware» con ANN, sin dañar a ningún ser humano. El aspecto negativo es que algunos consideran que cultivar neuronas no es éticamente correcto, especialmente si su único propósito es combinarlas con una computadora. Algunos podrían aceptar el uso de neuronas sintéticas si se implantaran en la cabeza de una persona con fines médicos razonables y seguros.

Un Umbral Aún No Alcanzado

La cantidad de neuronas sintéticas que se fusionan con chips de silicio es actualmente baja. Esto significa que la combinación de neuronas «wetware» no alcanza el nivel de conciencia, hasta donde sabemos. Se trata de una cantidad mínima.

Surge una cuestión ética desafiante cuando la cantidad de neuronas sintéticas se acerca al punto en que podría surgir una chispa de pensamiento humano. En ese caso, se comprendería la preocupación de algunos. Crear un nuevo cerebro, por así decirlo, sintéticamente, es inquietante.

¿Qué derechos debería tener un cerebro sintético?

Esta es una cuestión compleja que la sociedad aún no ha abordado.

El punto de partida para una compilación de neuronas sintéticas que se transforma en una especie de conciencia similar a la humana se conoce como el cerebro mínimo viable (MVB). Esta terminología es similar a la de una empresa emergente que crea un producto mínimo viable (MVP), que representa los requisitos mínimos para la viabilidad.

¿Cuándo surge el MVB?

Nadie lo sabe con certeza.

Neuronas Sintéticas y Corporeidad

Otra pregunta provocativa para reflexionar:

Algunos creen que los cerebros humanos dependen de nuestros sentidos para desarrollarse plenamente. Esencialmente, el cerebro se desarrolla en función de la información que recibe de los ojos, oídos, tacto, extremidades y otros elementos biológicos.

Un conjunto de neuronas vivas derivadas sintéticamente carece de esta corporeidad. Por lo tanto, algunos afirman que estas neuronas no serán capaces de realizar nada sustancial. Carecen de la experiencia de haber estado integradas en un cuerpo humano. Sin esto, no se desarrollarán adecuadamente ni alcanzarán un estado de conciencia.

¿Pueden las neuronas sintéticas que nunca han experimentado la corporeidad ser útiles o serán inevitablemente de poca o ninguna utilidad?

Actualmente, no hay respuesta.

Eficiencia Energética Excepcional

Hay un aspecto asombroso del cerebro humano que quizás no se haya considerado a fondo.

Nuestros cerebros son increíblemente eficientes en términos energéticos para lo que logran.

Un cerebro humano adulto consume alrededor de 12 vatios, mientras que una bombilla estándar utiliza unos 60 vatios. Una bombilla simplemente emite luz y calor. Un cerebro piensa. Todo ese pensamiento se produce con una cantidad mínima de energía. Aunque sigue siendo un gran consumidor de energía en relación con el funcionamiento del cuerpo humano, es eficiente en términos relativos.

Esto es significativo porque la industria de la IA está consumiendo una enorme cantidad de energía para ejecutar los sistemas de IA actuales. Se está produciendo una carrera para construir centros de datos con miles de servidores. La demanda de energía de estos centros de datos es altísima.

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